
Llega la primavera y comienzas a sentirte más decaído, con síntomas de agotamiento y falta de energía, en principio, injustificables. ¿Qué está ocurriendo? La astenia primaveral ataca de nuevo. No hay estudios probados, pero se calcula que casi la mitad de la población puede sufrir este fenómeno, que se debe a la adaptación que tiene que hacer el organismo para amoldarse al cambio de estación.
Los síntomas de la astenia primaveral
La astenia primaveral no es más que un esfuerzo extra que nuestro cuerpo tiene que hacer para adaptarse a todos los cambios que trae consigo la primavera: Incremento de las horas de luz solar, cambios bruscos de temperatura, el cambio horario...
También debemos sumar las alergias primaverales que alteran el sistema inmunológico y contribuyen a la sensación general de cansancio. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Cansancio y falta de energía.
- Problemas de concentración.
- Falta de apetito.
- Dificultad para conciliar el sueño y para descansar.
- Cambios de humor.
- Dolor de cabeza.
- Apatía.
Consejos para combatir la astenia primaveral
La astenia primaveral es un fenómeno que suele repetirse todos los años en ciertas personas y suele desaparecer a las 3 semanas. Lo más importante es mantener nuestro sistema inmunitario fuerte para combatirlo mejor:
- Dieta equilibrada.
Tanto para evitar gripes y resfriados, como para mitigar los efectos de una posible astenia primaveral, lo más importante es alimentarse bien. No olvidarnos de nutrientes importantes que incluyen alimentos como las frutas y verduras que nos aportan vitaminas y minerales. La primavera es una época indicada para incrementar el consumo de frutos secos y plátanos que aportan un extra de energía a nuestro cuerpo.
- Hidratación.
Imprescindible en cualquier época del año teniendo en cuenta que nunca debemos esperar a tener sed, algo que ya es un indicador de deshidratación, algo que a su vez causa fatiga.
- Evitar la cafeína y las bebidas excitantes.
Si las usas para hacer frente al cansancio y al sueño pueden provocar el efecto contrario, dificultando el descanso e incrementando el nerviosismo general.
- Deporte.
Aunque parezca contraproducente es perfecto para combatir el cansancio y los síntomas de decaimiento.
- Horarios ordenados.
Es imprescindible intentar irse a dormir, levantarse por la mañana y comer a las mismas horas para no alterar el ritmo habitual.
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